covid

                                              

                                             

REFLEXIONES EN TIEMPOS DE CRISIS

Veo esta hipersociedad nuestra -hiperactiva, hiperconectada, hiperegocéntrica...- como el engranaje de un gran reloj que de repente tiene un palo dentro de una de sus ruedas dentadas y da un frenazo en seco.

Del virus no vamos a sacar nada positivo, pero de nuestra reacción contra él sí. Estamos descubriendo a nuestra familia, sobre todo a esos pequeños a los que arrastramos cada día a todas las actividades académicas y extraescolares como si no hubiese mañana, con los que compartimos media hora de nuestro tiempo-oro. Y ahora ahí están, mirándonos para jugar al ajedrez, a palabras encadenadas, a bailar zumba, a hacer los deberes juntos... Otro tanto ocurre con nuestros mayores, a quienes llamamos ¡por fin! una vez al día e incluso hacemos uso de esa tecnología que no podemos abandonar a diario, y hacemos sesiones de videollamada o Skype... La Tierra se estira y respira, como diciendo ¡ya era hora de que nos dejaran de echar sus malos humos! Y ese amigo del grupo de Whatsapp, que nos hace reír o sonreír al menos con su sentido del humor, tan necesario en nuestro arresto domiciliario.

Echo la vista atrás y recuerdo la mesa del despacho llena de carpetas azules con reclamaciones de las tarjetas revolving, preferentes, inversiones fallidas de bancos islandeses, swaps.., esos asuntos que nos llenaban las horas de nuestro tiempo-oro, con esos clientes que no fallaban cada lunes para preguntar “¿cómo va lo mío?”, sufriendo la exasperación del colapso de la justicia, de su lentitud... Y ahora frenazo en seco.

Pienso si nuestras preocupaciones habrán cambiado, si cuando esto acabe nuestras prioridades serán lo que debe ser: las personas y la Tierra. O volveremos a lo mismo.

 

Mónica Arranz Vegas. Arcoiure Abogados.

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